Limpiar un autobús no es una tarea difícil aunque sí muy trabajosa ya que el espacio se triplica con respecto al de un coche y su suciedad, también. Por eso os queremos dar unos trucos con los que hacer más llevaderas estas labores.
Lo primero es que recorráis el autocar desde la parte trasera a la delantera y retiréis todos los restos de comida, papeles y todo tipo de suciedad de los asientos. No se trata de limpiar sino de quitarlos y echarlos al suelo para que luego con un solo barrido se elimine toda la basura.
Si en este recorrido has visto alguna mancha o resto incrustado, ráspalos con un rascador adecuado. Después aspira la tapicería de los sillones y limpia los cristales de las ventanas con agua y jabón o con sprays específicos.
Por último barre o aspira el suelo y si quieres que el acabado sea perfecto, pasa una fregona después, dejando las ventanas y puertas abiertas para que se seque antes.