En este periodo de fiestas nos gusta beber alguna copa para brindar y compartir con nuestras familias y amigos estos momentos en los que celebramos la Navidad. Pero no tenemos que olvidar lo importante que es no coger el coche después. Como confirma la DGT «se ha llegado a calcular que de cada 100 accidentes mortales, el alcohol está implicado de uno u otro modo en entre 30 y 50 de ellos».
La persona que bebe y después coge el coche para conducir tiene muchas posibilidades de sufrir o causar un accidente ya que el alcohol produce alteraciones en el comportamiento y afecta a las capacidades necesarias para una conducción segura. La alcoholemia representa el volumen de alcohol en la sangre y se mide en gramos de alcohol por cada litro de sangre. En la legislación actual española, la tasa de alcoholemia permitida es 0,5 g/l para los conductores en general y 0,3 g/l para los nóveles y los profesionales. En la siguiente tabla puedes consultar las tasas de las bebidas que se consumen más habitualmente en nuestro país pero lo cierto es que cualquier injesta de alcohol, por pequeña que sea, puede alterar nuestra capacidad de conducir.