Como ya hemos hablado en alguna ocasión, los autobuses tienen unas determinadas características de volumen y peso que hacen que su conducción sea muy diferente a la de un turismo.
Por ello, como es lógico, se han establecido unas velocidades máximas concretas para este tipo de vehículos, ya que su aerodinámica (al igual que ocurre con furgonetas o camiones) no está sujeta a las mismas leyes físicas que la de los automóviles.
Así pues, en las red de carreteras españolas, los autobuses pueden circular como máximo a las siguientes velocidades:
Autopistas y autovías: 100 km/h.
Carreteras que cuenten con un arcén pavimentado de más de 1,5 metros de anchura y con más de un carril en alguno de sus sentidos: 90 km/h.
Resto de vías fuera de poblado: 80 km/h.
Vías urbanas o travesías: 50 km/h.
Calles residenciales: 20 km/h.
Fuente: Test Automóvil.